30.6.06

 

Reviviendo

Era ella, que esperaba, pacientemente que el dormido despertara. Y sentí el calor de la sangre en mis venas, y sentí que aún podía respirar. Escribí mil palabras, mil palabras leí y el mundo cambió, desapareció la oscuridad y pude ver el nuevo día que llegaba.

Otra vida por vivir, tuve que aprender a mirar, a escuchar, a ponerme en el lugar que me correspondía, a sentir que la vida es bella, a buscar en mi interior la respuesta a mis eternas dudas, a pensar antes de actuar (todavía estoy aprendiendo). En fin, debí aprender nuevamente todo, desde el principio, desde cero.

Pero, allí me di cuenta que todo lo vivido seguía en mi, como sombras que emergían de un pasado que sentía muy lejano. Era caminar sobre una cuerda floja, con todos los sentidos en alerta y manteniendo la calma ante las adversidades que nuevamente surgían – si, la vida es una continua prueba –

Estaban las alas protectoras cubriéndome a cada instante, pero yo debía hacer el trabajo, yo debía entender y actuar en consecuencia. Veía las sombras del pasado, amenazantes en mi camino, debía luchar contra todo lo que se oponía a mi avance, y lo hice.

Se abrió un mundo que no conocía a mis ojos, maravillado vivía cada momento. El tiempo dejó de existir, solo era real cada instante, donde quiera que estuviera; un día pasó a ser año; el tren de la vida seguía su tranco cansino, pero mis pasos ya no estaban en su ritmo, todo había cambiado.

Una a una las sombras fueron desapareciendo, fui comprendiendo lo que nunca antes entendí, se me mostró el sentido de la vida, y con ojos atónitos miraba desde mi ventana interna, la antigua vida pasar, había estado en la mentira, había mentido y creído que todo era real, y sólo había sido una fantasía, me había aferrado a mis ilusiones, pero sólo eran eso.

Desengaño, dolor por haber perdido el tiempo inútilmente. Alegría por encontrar el camino que siempre había buscado, dicha de haber retornado al hogar original, a la verdad más allá de la mentira, a la increíble vida espiritual en medio de la materia.

Ya estaba en el lugar correcto. Al menos es lo que con todos mis sentidos experimentaba, vivía otra realidad aquí mismo, en medio de todo, pero tan lejano para el ser humano que habitaba.

Maravillas viví, caminé en medio del silencio, acurrucado en la fuente, una mano me guiaba y las alas me cubrían, con la certeza de haber encontrado lo real seguí los senderos escabrosos, luché contra mis sombras amenazantes.

Volé en éxtasis compartido, uno es solo, pero tal vez somos dos que aquí estamos buscando ser uno, y en esa unión fuera de la materia las almas se encuentran en el momento justo, para reconocerse en el cruce de caminos y seguir juntos el destino ya trazado.


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